Antes de comenzar a exponer el problema del tráfico sexual de menores y de empezar con el artículo en sí ,que tal vez debería estar en mi blog de cine y que seguro conoces, quiero explicar que prefiero ponerlo en este blog porque tengo algo más de control contra la censura.

Sonido de Libertad. Tráfico sexual de menores.

El otro día tuve una conversación muy interesante e intensa con mi socia en El Disparate TV en la que le explicaba que llevo muchísimos años viviendo sin la necesidad de ídolos y, sobre todo, que no podía opinar ni pronunciarme sobre algo sin saber. Nunca lo he hecho y no pensaba empezar ahora, menos cuando ese algo tiene connotaciones ideológicas y se recibe un montón de información sin contrastar que, a fin de cuentas, es más opinión que información.

Mi carácter descartiano me hace desconfiar y dudar de casi todo, habiendo llegado a la conclusión de que de lo único que me puedo fiar es de lo que me pasa en primera persona.

Así que decidí verla para poder hacerme una opinión subjetiva del asunto, ya que el tema que trata es lo suficientemente serio y grave como tomar parte y, si es posible, ayudar.

Una vez vista (prometo compensar el visionado yendo al cine cuando esté disponible en España), escribí un análisis para compartirlo con Inés. El documento original del 12 de julio de 2023 lo tienes aquí por si quieres echarle un vistazo.

Pongo el tráiler en español y continúo con el análisis al que, en este artículo voy a añadirle algunas cosas en las que he pensado en esta última semana.

Para intentar no hacer esto demasiado largo, voy a poner a modo de lista algunas cosas que he visto y que también rebaten cualquier teoría «conspiranoica» que he leído en los últimos días ya que, tratando de ser lo más objetivo posible, no las he visto por ninguna parte.

• Por lo que podido encontrar, el presupuesto de la película es de 14,5 millones de dólares, de los que los 5 primeros millones se consiguieron por crowdfunding. A día de hoy los beneficios en taquilla superan los 50 millones y subiendo…
• Los primeros 90 minutos de película van sobre la trama de investigación policía, llevada en primera persona por Tim Ballard (Jim Caviezel) que está muy involucrado emocional y psicológicamente.
• Es realmente dramática –> Los niños son la mercancía.
• Hasta la hora y media de metraje no empieza la acción. Todo lo anterior, como he dicho antes, es una puesta en escena de la gravedad del tema del tráfico sexual de menores y la presentación de los personajes principales.
• Como en otras muchas ocasiones, las interpretaciones de los niños consiguen que el mensaje cale más hondo porque lo hacen realmente bien.
• Mira Sorvino, por muy embajadora que sea, tiene un papel meramente testimonial.
• No hay absolutamente ningún elogio a la ONU o a las vacunas. En una operación policial encubierta hay que disfrazarse de lo que sea para poder infiltrarse en tierras enemigas. Todos los comentarios al respecto que hemos podido leer en redes, son una paranoia sin fundamento.

Mis conclusiones:

“Sound of Freedom” es un drama de investigación flojo, por no decir que mediocre. No conecta bien unas partes con otras y deja muchos cabos sueltos entre medias. El tema de los niños está bien tratado, aunque sin profundidad, dejando a tu imaginación las partes más duras. Es muy emotiva, sí, porque el tema que toca, a cualquier persona con un mínimo de sensibilidad, le va a remover las entrañas, pero cinematográficamente es bastante floja.

Pienso que, habiéndose hecho hace cinco años, ya vieron que, como película y aunque el tema que trata es importantísimo y gravísimo, no iba a dar mucho juego. ¿Entonces qué pasa?

Pues pasa que hay una enorme hipersensibilización de buena parte de la sociedad que quiere ver, de una vez, cómo caen cabezas y se castiga a los responsables de lo que estamos viviendo los últimos años y muchos deseamos con todas nuestras fuerzas que se acabe.

Pasa que, con una buena campaña de marketing, como la que están haciendo, y con frases lapidarias como “Los hijos de Dios no están en venta”, han puesto a muchos de su parte, apoyando ciegamente en las redes la película porque, aún sin haberla visto, el problema del tráfico sexual de niños es lo suficientemente grave como para hacerlo.

Pasa que creo que han aprovechado muy bien la situación para sacar un buen partido (más de 50 millones de dólares de recaudación en taquilla hasta ahora) a una película floja.

En la parte de los desacreditadores conspiranoicos, personalmente a mí no me importa quién fue o qué hizo Tim Ballard, o si estuvo vinculado con tal o cual proyecto, presidente o lo que sea. No me importa si se publican fotos de Mel Gibson o Jim Caviezel con supuesta simbología, ni que se trate de desacreditar la película o el mensaje. El mensaje es potente y existe, eso ya es lo suficientemente grave como para parar y reflexionar el mundo en el que vivimos. Resulta que ser sensible es de derechas, ¿no te fastidia? Resulta que pensar con la cabeza en lugar de con la cartera es de fachas… y así algunos, desde sus chiringuitos, desacreditan a la gente que no piensa como ellos y bien que se agarran a sus subvenciones.

Por otra parte lamento que la película no vaya más allá de algunas escaramuzas a determinada gente despreciable y no profundice en quiénes son los verdaderos responsables para poder perseguirlos.

Sin embargo el famoso “follow the money” (sigue al dinero) también está, desde mi punto de vista, presente aquí y ya estoy cansado de que intenten manipularnos. Desde hace muchos, muchos meses, prácticamente dos años y medio, no doy por sentado ni que es la hora del desayuno: si tengo hambre como, pero no porque alguien me diga lo que tengo que hacer o lo que debo pensar.

Por tanto creo que «Sound of Freedom» es una película del montón que, teniendo muchísimas posibilidades de denuncia, se queda en la superficie, mostrando solo la punta de un iceberg gigante.

La hipersensibilización queda reflejada en las valoraciones de las páginas de cine más importantes:
IMDb: 8,2
Filmmafinity: 7,4
Mi valoración: 5,5

Hay otra cosa que me hace sospechar y es el hecho de la película se esté proyectando en salas de cine comerciales por todo Estados Unidos. Otras producciones de denuncia han tenido que buscarse la vida, alquilando salas una a una, con muchas cancelaciones y más dificultades o, directamente con difusión únicamente por Internet.

También he estado de charla con Chat GPT y no he visto reticencia, ni resistencia, ni ninguna actitud en contra y he podido hablar con libertad. Pregúntale por Trump o Bolsonaro y verás a lo que me refiero.

Que quede constancia que no trato de subestimar el problema. Este problema existe y lo lleva haciendo desde hace muchas décadas, pero hay películas que lo tratan con mucha más profundidad. El hecho de que no exista una denuncia real, profunda y detallada en esta película y que, como muchos sabemos, los malos siempre quieren algo y el diablo siempre te dice lo que quieres oír, hacen que mi espíritu descartiano aflore y ponga en duda las verdaderas intenciones del film. Veremos cómo evolucionan los mensajes a partir de ahora y si esos ídolos lo son o buscan otra cosa.

He tratado de ser lo más objetivo posible y, aún con alguna lágrima inevitable, creo que lo que he escrito es justo e imparcial.

Para más información pongo un enlace a las conclusiones de D. César Vidal, al que sigo desde hace mucho tiempo y que piensa de una manera similar.

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